El Camino de Santiago

 

El Camino de Santiago 

El Camino de Santiago no es solo una ruta, sino todo un sistema de rutas: caminos hay para dar y repartir. Varios caminos y rutas conducen a través de Europa y unen Francia y España en algunas rutas principales muy conocidas, entre ellas el Camino Francés. 

En Santiago de Compostela se encuentra la tumba de Santiago el Mayor, uno de los doce apóstoles. La leyenda dice que fue un misionero en España y que fue enterrado en la catedral de Santiago de Compostela después de su muerte, lugar donde su tumba es venerada y atrae a un gran número de personas de diferentes rincones del mundo al mismo destino. El ambiente y la atmósfera al llegar a Santiago de Compostela es indescriptible. ¡Una experiencia muy especial que nunca olvidaré! :

El objetivo es el mismo, el inicio no tiene por qué ser así. Hay diferentes puntos de partida, algunos más conocidos como St. Jean-Pied-de-Port (Camino Francés) o Irún (Camino del Norte), los caminos que parten de Portugal y los de invierno; pero al final, cada peregrino decide dónde comenzar y cuánto tiempo desea peregrinar. 

Difícilmente uno puede perder el objetivo. A lo largo del camino, se encuentran flechas amarillas o vieiras en todos los lugares. Sirven como señales para indicar la ruta a Santiago, y al mismo tiempo, se consideran una característica típica del lugar. Si sigues estas señales raramente puedes perderte, e incluso si lo haces, con la ayuda de la gente local es difícil continuar perdido. Te llevarán de regreso a tu ruta generosamente proporcionándote alimento si lo necesitas ;)

Las razones que llevan a las personas a peregrinar son tan coloridas y variopintas como las personas que caminan en él.

 El Camino de Santiago es muy conocido y popular a nivel mundial.      Médicos, estudiantes, pescadores, desempleados…, todos son iguales en el Camino de Santiago. Las personas son personas. La forma de financiar tu vida no importa. Tiene que ver más con lo que te entusiasma y apasiona. Se trata de sentimientos, pensamientos y las razones que te llevaron a hacer el Camino de Santiago.

La gente peregrina para alejarse de la vida cotidiana, básicamente en sus vacaciones. Muchas de las personas deciden peregrinar porque han superado un hito en sus vidas (por ejemplo, finalización de estudios) o porque han experimentado un momento difícil (desempleo, divorcio, muerte de un ser querido…). Para gran parte de los peregrinos, el hacer Camino de Santiago es una manera de "buscar significado" a ciertos aspectos de sus vidas. ¿A dónde quiero ir? ¿Quién quiero ser? ¿Qué quiero lograr en mi vida?

Además de la "búsqueda de significado", la fe también juega un papel importante. Una gran parte de peregrinos son creyentes y, por lo tanto, se embarcan realmente en una peregrinación. Además, la peregrinación es una alternativa barata a otros tipos de viajes, ya que no se necesita casi nada. Junto a tu mochila y tu equipo de senderismo, lo más importante es tu calzado: él te lleva a lo largo de todo el camino. Un buen calzado es el "todo y el fin de todo" y un tema estrella durante los días en tu Camino.

El Camino de Santiago te muestra lo poco que necesitas para estar satisfecho con la vida. En mi opinión, la peregrinación ofrece la oportunidad perfecta para "limpiar el alma" y "encontrarse a uno mismo". Caminar. Comer. Dormir. Eso es todo lo que haces. Y mientras haces esto, hay tiempo suficiente para reflexionar y tener conversaciones interesantes con otros peregrinos.

Así que el Camino de Santiago no es solo un camino. No. En mi último peregrinaje, alguien lo llamó "el espejo de la vida". Y tenía razón. Porque aunque haces las mismas cosas todos los días, cada día es diferente. Hay días buenos y días malos. A veces podrías estallar de felicidad y desear que el viaje nunca terminara, mientras que otros días sientes nostalgia y solo deseas volver a casa. Conoces a mucha gente y los pierdes de vista otra vez. Os conocéis, os hacéis amigos, camináis juntos durante un tiempo y os separáis de nuevo. El Camino de Santiago es como la vida misma, con la diferencia de que percibes y aprendes a apreciar las pequeñas cosas nuevamente. Es un camino de concienzación y gratitud.